
Los microplásticos y el cáncer de intestino comienzan a vincularse en las investigaciones más recientes. Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Graz, Austria, estas diminutas partículas plásticas, presentes en envases de alimentos, agua potable y hasta en el aire, podrían alterar la flora intestinal y favorecer procesos inflamatorios asociados al desarrollo de enfermedades graves. Se trata del primer trabajo realizado con muestras humanas que analiza directamente cómo los microplásticos afectan al microbioma intestinal.
Alteraciones en el microbioma intestinal
Los investigadores analizaron muestras fecales de voluntarios sanos y detectaron que los microplásticos modifican la actividad bacteriana del intestino. “Estos hallazgos son significativos dada la omnipresencia de la exposición a los microplásticos en la vida cotidiana. Se han encontrado en el pescado, la sal, el agua embotellada e incluso en el agua del grifo”, explicó Christian Pacher-Deutsch, investigador principal del proyecto.
El estudio reveló que los fragmentos plásticos —de hasta dos milímetros de diámetro— pueden alterar el metabolismo bacteriano, elevando la acidez intestinal y generando desequilibrios microbianos similares a los observados en pacientes con cáncer colorrectal. Aunque no se pueden establecer conclusiones definitivas sobre el riesgo en humanos, los científicos advierten que la exposición constante a microplásticos constituye un factor de preocupación.
Qué tipos de microplásticos se analizaron
El equipo de la Universidad de Graz evaluó cinco tipos de microplásticos comunes: poliestireno, polipropileno, polietileno de baja densidad, poli(metacrilato de metilo) y tereftalato de polietileno. Las muestras fueron expuestas tanto a niveles habituales de ingestión como a dosis mayores, para estudiar los posibles efectos dependientes de la cantidad.
Aunque el número total de bacterias intestinales no se vio reducido, sí se observó un incremento notable de la acidez y alteraciones en la actividad metabólica. Estos cambios podrían tener consecuencias sobre la absorción de nutrientes, el equilibrio inmunológico y la inflamación intestinal crónica.
Una exposición inevitable
Los resultados fueron presentados en el Congreso Anual de Gastroenterología Europea, celebrado el 7 de octubre en Berlín. Allí se destacó que la exposición a microplásticos es prácticamente inevitable: se han hallado en alimentos, bebidas y en el aire que respiramos. Además, estudios previos ya habían identificado partículas plásticas en pulmones, placenta, leche materna y sangre humana, confirmando una exposición crónica y generalizada.
Estas partículas, invisibles a simple vista, pueden atravesar barreras biológicas y acumularse en distintos tejidos. El sistema digestivo parece especialmente vulnerable, dada la ingestión diaria a través de alimentos y agua. Los expertos advierten que el impacto acumulativo podría manifestarse en alteraciones intestinales, como cambios en la frecuencia y consistencia de las deposiciones, dolor abdominal, hinchazón o fatiga.
Aumento de casos en adultos jóvenes
Aunque la mayoría de los diagnósticos de cáncer de intestino se dan en personas mayores de 50 años, las estadísticas muestran un incremento del 50% en adultos jóvenes en las últimas tres décadas. Este fenómeno ha despertado el interés científico por los factores ambientales que podrían estar contribuyendo al aumento de casos, entre ellos la dieta ultraprocesada, la contaminación química y, ahora, los microplásticos.
Reducir la exposición, una precaución sensata
Frente a la evidencia emergente, los especialistas recomiendan medidas simples para minimizar el contacto con microplásticos: reemplazar envases y utensilios plásticos por vidrio, metal o cerámica, evitar el consumo de agua embotellada, reducir el uso de bolsas plásticas y preferir alimentos frescos sin envoltorios sintéticos.
“El microbioma juega un papel central en muchos aspectos del bienestar, desde la digestión hasta la salud mental. Por lo tanto, reducir la exposición a los microplásticos siempre que sea posible es una precaución inteligente e importante”, concluyó Pacher-Deutsch.
Este artículo fue elaborado por el equipo de barrameda.com.ar y con el apoyo de herramientas de redacción asistida por inteligencia artificial.
