
Ya se temía que esto podía suceder algún día. Y ahora, el temor se ha transformado en una realidad: el balance negativo de los bosques ha llegado. Por primera vez, las selvas tropicales de Australia se han convertido en emisoras netas de dióxido de carbono, según revela un estudio internacional publicado en la revista Nature.
Bosques que ya no respiran a favor del planeta
Los troncos y las ramas de los árboles, que hasta hace poco actuaban como depósitos naturales de carbono, han pasado a liberar más dióxido de carbono del que absorben. La investigación, dirigida por Hannah Carle, de la Universidad del Oeste de Sídney, junto a Adrienne Nicotra, de la Universidad Nacional de Australia, y Oliver Binks, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) en Barcelona, confirma que los trópicos húmedos australianos son los primeros del mundo en mostrar esta respuesta directa al cambio climático.
El equipo atribuye este cambio a una combinación de factores: el aumento de las temperaturas, la creciente sequedad del aire y la intensificación de las sequías, todas consecuencias del calentamiento global inducido por las actividades humanas.
De sumideros de carbono a fuentes de emisiones
Por lo general, los bosques tropicales funcionan como sumideros de carbono, es decir, absorben más dióxido de carbono del que liberan. Su biomasa leñosa —troncos, ramas y raíces— cumple un papel esencial en este proceso, junto con las copas de los árboles y los suelos.
Pero ahora, la capacidad de esa biomasa para retener carbono está en riesgo. Los investigadores observaron un aumento sostenido en la mortalidad de los árboles, impulsado por olas de calor más frecuentes, aire más seco y una disponibilidad de agua insuficiente para la supervivencia de muchas especies. El resultado es un desequilibrio que transforma a estos bosques en fuentes netas de emisiones, algo que hasta hace pocos años parecía impensable.
Un golpe al optimismo climático
Durante décadas, los modelos climáticos globales se basaron en la idea de que los bosques del planeta seguirían absorbiendo dióxido de carbono en el futuro, compensando parcialmente las emisiones humanas. Pero los nuevos datos cuestionan ese supuesto.
El estudio sugiere que las estimaciones actuales de reducción de emisiones son demasiado optimistas, ya que no contemplan el agotamiento progresivo de la capacidad de los bosques tropicales para actuar como amortiguadores del cambio climático. “Los bosques tropicales figuran entre los ecosistemas más ricos en carbono del planeta, y dependemos de ellos más de lo que la mayoría de la gente imagina”, señala el informe.
Ciclones más intensos, otro factor de riesgo
Además, los científicos detectaron un impacto adicional: los ciclones tropicales, que se prevé sean más violentos a causa del cambio climático, están saboteando la capacidad de absorción de carbono de la biomasa leñosa. Estos eventos extremos derriban árboles, abren claros en la selva y facilitan la descomposición del material vegetal, liberando carbono a la atmósfera.
Lo más preocupante, advierten los autores, es que estos ciclones podrían desplazarse hacia el sur en los próximos años, afectando a áreas que hoy todavía funcionan como sumideros de carbono.
Una advertencia global
El hallazgo de que los bosques australianos ya emiten más carbono del que capturan debería encender una alarma internacional. Si otras regiones tropicales siguen la misma tendencia —como partes del Amazonas o del sudeste asiático—, el sistema climático podría perder uno de sus mayores aliados naturales.
La investigación titulada “Aboveground biomass in Australian tropical forests now a net carbon source” no solo aporta datos preocupantes: plantea un desafío urgente. Los bosques del mundo, que alguna vez fueron los pulmones del planeta, comienzan a mostrar signos de agotamiento. Recuperar su equilibrio dependerá de reducir drásticamente las emisiones globales y proteger sus ecosistemas de la degradación.
Este artículo fue elaborado por el equipo de barrameda.com.ar y con el apoyo de herramientas de redacción asistida por inteligencia artificial.
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