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Reporte de la 29ª Conferencia de las Partes (COP29) Un análisis integral de acuerdos, fontexto geopolítico y perspectivas futuras

Reporte de la COP29

En virtud de la celebración de la próxima COP30 a celebrarse en Belém, Brasil, entregamos el siguiente Reporte de la 29ª Conferencia de las Partes (COP29)

1. Introducción: Datos Fundamentales de la COP29 y su Rol Central

1.1. Ubicación, Fechas y Liderazgo de la Cumbre

La 29ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), conocida como COP29, tuvo lugar en Bakú, Azerbaiyán, entre el 11 y el 22 de noviembre de 2024. Este evento diplomático de alto nivel reunió a delegados, jefes de Estado y ministros de casi 200 países con el objetivo de negociar soluciones en la lucha global contra el cambio climático. La presidencia de la cumbre fue asumida por Mukhtar Babayev, Ministro de Ecología y Recursos Naturales de Azerbaiyán. Su nombramiento simbolizó un compromiso formal de la nación anfitriona con la acción climática, aunque el papel del país como un importante exportador de combustibles fósiles generó un intenso escrutinio por parte de la comunidad internacional.

La elección de Azerbaiyán como país anfitrión, acordada durante la COP28, sentó las bases para una conferencia centrada en la implementación de los compromisos de las cumbres anteriores. La agenda de la COP29 se basó en dos pilares principales: «potenciar la ambición» a través de planes nacionales transparentes y «facilitar la acción» mediante la movilización de financiamiento.

1.2. El Carácter de la «COP de la Financiación»

Desde su planificación, la COP29 fue designada estratégicamente como la «COP de la Financiación». Este enfoque reflejó el consenso global de que, si bien se habían establecido metas de mitigación y adaptación en cumbres previas, la falta de financiamiento adecuado y predecible constituía el principal obstáculo para su implementación. El tema central de la cumbre, «Invertir en un planeta habitable para todos», subrayó la urgencia de movilizar capital a una escala sin precedentes para apoyar la transición energética, la adaptación y la gestión de pérdidas y daños en los países en desarrollo.

La necesidad de un nuevo objetivo de financiación climática era un tema central. El objetivo de los países desarrollados era desbloquear los billones de dólares necesarios para acelerar la transición a energías limpias y hacer frente a los efectos del cambio climático, proporcionando la confianza necesaria para que los países en desarrollo pudieran planificar e invertir. La cumbre se celebró en un año en que la Organización Meteorológica Mundial emitió una alerta roja por el ritmo del calentamiento global y el secretario general de la ONU, António Guterres, afirmó que «la humanidad está incendiando el planeta». Este contexto de temperaturas récord y desastres climáticos intensificó la presión sobre los negociadores para que la cumbre arrojara resultados concretos y ambiciosos en materia de financiación.

1.3. Conclusiones y Brecha entre Ambición y Resultado

A pesar de las intensas y prolongadas negociaciones, los resultados de la COP29 fueron percibidos de manera dual. Por un lado, se alcanzó un hito significativo al lograr un acuerdo sobre un nuevo objetivo de financiación y sobre las normas para un mercado global de carbono. Este logro fue crucial para evitar un colapso diplomático y para mantener vivo el espíritu de cooperación multilateral.

Sin embargo, el acuerdo final fue calificado por muchos como insuficiente para abordar la magnitud del desafío. Las cifras y los mecanismos pactados se quedaron cortos frente a las demandas de los países en desarrollo, creando una brecha palpable entre la ambición declarada y los compromisos financieros reales. El secretario general de la ONU, António Guterres, si bien reconoció el acuerdo como una «base sobre la cual construir», también expresó su deseo de un resultado más ambicioso. Esta tensión entre el logro diplomático y la falta de una solución definitiva es un tema recurrente en las negociaciones climáticas y marcó el tono de las conclusiones de la COP29.

2. La Cuestión Central: El Nuevo Objetivo de Financiación Climática (NCQG)

2.1. Antecedentes y el Legado del Acuerdo de París

El debate sobre la financiación climática en la COP29 estuvo profundamente arraigado en un compromiso previo y no cumplido. En la COP21 de París en 2015, los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100 mil millones de dólares anuales para 2020 para apoyar a las naciones en desarrollo en sus esfuerzos de mitigación y adaptación. Sin embargo, esta meta no se cumplió a tiempo y se convirtió en un punto de fricción persistente, generando una profunda desconfianza entre el Norte y el Sur Global y socavando la credibilidad del proceso multilateral. La incapacidad de cumplir esta promesa histórica hizo que la definición de un nuevo objetivo, conocido como el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG), fuera el punto más delicado y crítico de la agenda de la COP29.

2.2. Análisis Detallado del Acuerdo de 300 Mil Millones

El principal resultado de la COP29 en materia de financiación fue el acuerdo para movilizar 300 mil millones de dólares anuales en financiación climática a partir de 2025, con los países desarrollados a la cabeza. Esta cifra es significativamente mayor que el objetivo anterior, pero se quedó lejos del billón de dólares o 1.3 billones de dólares que los países en desarrollo consideraban necesarios y habían solicitado para hacer frente a la crisis climática. La brecha entre la oferta de los países ricos y las necesidades de los países vulnerables fue el tema central de las negociaciones, revelando una persistente falta de consenso sobre la responsabilidad financiera de la acción climática.

La cifra final representa un compromiso diplomático, pero no necesariamente la solución financiera que el mundo necesita. Según el secretario general de la ONU, el acuerdo es una «base» sobre la cual se debe construir, lo que subraya que el trabajo está lejos de haber terminado. El acuerdo se hizo público el 24 de noviembre de 2024, tras intensas negociaciones.

2.3. Evaluación de la Estructura del NCQG

El acuerdo sobre el NCQG presenta una estructura matizada que fue fundamental para alcanzar el consenso. La meta se divide en dos partes: un objetivo de 300 mil millones de dólares anuales que debe ser «liderado» por los países desarrollados, y un objetivo más amplio de 1.3 billones de dólares anuales que debe ser «habilitado» por todos los actores, incluyendo fuentes privadas. Esta dualidad de cifras permitió a los países desarrollados mostrar un compromiso financiero concreto ($300 mil millones) mientras se mantenía una meta más aspiracional y diluida que incluye al sector privado. El acuerdo permite que ambos objetivos se cumplan a través de fuentes públicas y privadas.

Sin embargo, el acuerdo también ha enfrentado críticas por la falta de claridad en los mecanismos para escalar y distribuir estos fondos, especialmente en lo que respecta a la movilización de capital privado. Se ha señalado que el financiamiento climático a menudo llega en forma de préstamos, lo que es una forma de obtener recursos «injusta» para los países en desarrollo, que se ven obligados a devolver más de lo que piden prestado para resolver una crisis que no causaron. El resultado es un «acuerdo base» que evita un colapso de las negociaciones, pero deja la responsabilidad de los billones restantes en un terreno ambiguo.

A continuación, se presenta una tabla comparativa de las metas y resultados de la financiación climática para ilustrar la evolución del debate y la magnitud de la brecha financiera.

Meta/Resultado Detalle y Fecha Fuente Principal
Meta Histórica 100 mil millones de dólares anuales a partir de 2020. Acuerdo de París (COP21, 2015) 
Solicitud del Sur Global 1 billón a 1.3 billones de dólares anuales. Negociaciones previas a la COP29 
Resultado de la COP29 300 mil millones de dólares anuales, liderados por países desarrollados. Acuerdo de Bakú (COP29, 2024) 
Objetivo Amplio del NCQG 1.3 billones de dólares anuales para ser «habilitados» por todos los actores. Acuerdo de Bakú (COP29, 2024)
Objetivo de financiación
2.4. El Fondo de Pérdidas y Daños: Avances y Desafíos

Además del NCQG, la COP29 continuó el trabajo sobre el Fondo de Pérdidas y Daños, un mecanismo crucial para ayudar a los países vulnerables a lidiar con los impactos del cambio climático que van más allá de lo que pueden mitigar o a lo que pueden adaptarse. Este fondo había sido un logro histórico en la COP27 en Sharm El Sheikh y se había operacionalizado en la COP28 en Dubái, donde se aseguraron las primeras promesas de contribución.

El desafío persistente es asegurar que los compromisos financieros se traduzcan en acciones reales y se entreguen a tiempo. El acuerdo de la COP29 proporcionó la base financiera para que este y otros mecanismos puedan ser alimentados, pero la responsabilidad de los países desarrollados de cumplir con sus promesas de financiación sigue siendo un factor determinante para el éxito futuro de la acción climática.

3. Hitos y Negociaciones en la Transición Energética

3.1. Conexión con la COP28: Del «Principio del Fin» al «Enable Action»

El trabajo de la COP29 no puede entenderse sin el contexto de la cumbre anterior en Dubái. La COP28 cerró con un acuerdo que, por primera vez, señaló el «principio del fin» de la era de los combustibles fósiles, sentando las bases para una transición «rápida, justa y equitativa». Aunque el acuerdo se quedó corto en la eliminación total de los combustibles fósiles, fue considerado un paso histórico.

La COP29 se centró en la financiación como el pilar fundamental para convertir la ambición de la COP28 en acción concreta. La presidencia de Azerbaiyán enfatizó la necesidad de «habilitar la acción» a través del financiamiento, que actúa como una herramienta clave para reducir emisiones, adaptarse a los impactos climáticos y abordar las pérdidas y los daños. Esto ilustra una dinámica recurrente en las negociaciones climáticas: una cumbre establece un objetivo ambicioso (Dubái), y la siguiente se enfrenta al difícil reto de financiarlo y regularlo (Bakú).

3.2. Avances en los Mercados de Carbono y el Artículo 6

Más allá de la financiación, la COP29 logró un avance crucial en la regulación de los mercados de carbono. Los delegados acordaron las normas para un mercado mundial de carbono respaldado por la ONU, lo que representa un paso importante para operativizar el Artículo 6 del Acuerdo de París. Este mercado facilitará el comercio de créditos de carbono, incentivando a los países y empresas a reducir sus emisiones e invertir en proyectos respetuosos con el clima.

Una victoria subestimada de estas negociaciones es que el mecanismo de acreditación (Artículo 6.4) ahora incluye salvaguardas obligatorias para proteger el medio ambiente y los derechos humanos, un detalle que añade credibilidad y transparencia al sistema. Este avance es fundamental para evitar el «lavado verde» y asegurar que los mercados de carbono contribuyan de manera genuina y justa a los objetivos del Acuerdo de París.

3.3. Monitoreo de Metas de Transición Energética

La COP29 también sirvió como un espacio para evaluar el progreso en la implementación de los compromisos de la COP28, como el acuerdo global para triplicar la capacidad de energías renovables y duplicar la tasa de mejora de la eficiencia energética a nivel mundial para 2030. Estos objetivos son cruciales para limitar el calentamiento global a 1.5 °C. La cumbre en Bakú reconoció que, si bien se han logrado avances, las Partes no están en el camino correcto para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones del Acuerdo de París.

Los acuerdos de financiación de la COP29 son vistos como un paso necesario para desbloquear la inversión requerida para alcanzar estas metas ambiciosas. Sin el capital necesario para acelerar la implementación de proyectos de energía limpia y mejorar la eficiencia, la transición energética global se estancará, poniendo en riesgo el objetivo de temperatura a largo plazo.

4. Dinámicas Geopolíticas y Desafíos Diplomáticos

4.1. Azerbaiyán como Anfitrión: La Paradoja de los Combustibles Fósiles

La elección de Azerbaiyán como anfitrión de la COP29 creó una paradoja que fue un punto de análisis central para observadores y analistas. Azerbaiyán es un importante exportador de gas y petróleo, con una economía que depende en gran medida de los ingresos de este sector. Sin embargo, el país ha declarado ambiciosos objetivos climáticos, como reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2050 y aumentar su capacidad de energía renovable a un 30% para 2030.

La cumbre permitió a Azerbaiyán mostrar sus iniciativas en energía solar, eólica, hidroeléctrica y el desarrollo de hidrógeno verde, subrayando su potencial para convertirse en un líder en energía verde. Esta dualidad entre su modelo económico actual y sus objetivos de transición energética es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas naciones ricas en recursos fósiles en el proceso de descarbonización global.

4.2. El Caso de Argentina: Un Precedente Diplomático Inusual

La COP29 también fue testigo de un evento diplomático sin precedentes: la retirada de la delegación oficial del gobierno de Argentina de la cumbre. Por orden del presidente Javier Milei, los representantes del país abandonaron las negociaciones, citando como razón el rechazo del gobierno a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU. La decisión se tomó a los pocos días de iniciada la cumbre y causó un gran revuelo, dada la larga historia de Argentina como un actor activo en los foros internacionales de clima.

La medida se contextualizó con las declaraciones previas del presidente Milei, quien había calificado la crisis climática como una «mentira socialista». Aunque la retirada no significó una salida formal del Acuerdo de París, que requiere un proceso más largo, sí generó preocupaciones sobre la estabilidad de los acuerdos multilaterales en un contexto de cambios políticos a nivel global, incluyendo la posible retirada de Estados Unidos si Donald Trump regresa a la presidencia.

4.3. El Rol de los Actores No Estatales en la COP29

A pesar de la ausencia del gobierno central, la representación argentina en la COP29 no se detuvo. La delegación se mantuvo activa gracias al compromiso de gobiernos subnacionales, como las provincias de Santa Fe y Jujuy, así como de organizaciones de la sociedad civil, ONGs, empresas y académicos. Más de 50 personas de diversos sectores continuaron participando activamente en la cumbre, impulsando la agenda climática del país y la concientización sobre la crisis.

Esta participación de múltiples actores, ajena a la política oficial del gobierno central, demuestra una creciente resiliencia del movimiento de acción climática. El hecho de que la sociedad civil y los gobiernos locales puedan mantener una presencia en estos foros, incluso cuando su gobierno nacional se aísla, es una señal de que la acción climática global se ha convertido en un esfuerzo de múltiples partes interesadas que va más allá de las negociaciones entre estados.

4.4. Implicaciones y la Estabilidad del Multilateralismo

La retirada de la delegación argentina tuvo importantes consecuencias. Activistas y analistas señalaron que la decisión de Argentina, un país severamente afectado por la crisis climática, le hizo perder la oportunidad de asegurar financiamiento y de participar en negociaciones cruciales que podrían haber beneficiado a su economía.

Este evento, junto con las preocupaciones sobre la posición de Estados Unidos, pone a prueba la solidez del Acuerdo de París y del proceso de la CMNUCC. El comportamiento de Argentina muestra cómo algunos líderes políticos pueden priorizar la ideología sobre la diplomacia tradicional y las oportunidades de cooperación, utilizando cumbres de alto perfil como plataformas para declaraciones políticas. Esto sugiere que el multilateralismo climático, si bien resiliente, sigue siendo vulnerable a la política interna y a los cambios de liderazgo.

5. El Camino a Seguir: De la COP29 a la COP30

5.1. Balance Global (Global Stocktake): El Próximo Capítulo

El proceso de la COP29 se vincula directamente al primer Balance Global (GST) que concluyó en la COP28 en Dubái. El GST es una evaluación periódica y exhaustiva del progreso colectivo hacia el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París. Su conclusión fue unánime y alarmante: el mundo no va por buen camino para limitar el calentamiento global a 1.5 °C y necesita una acción más rápida y profunda.

El resultado del GST en Dubái fue un llamado a la acción para que todos los países, empresas e individuos intensifiquen sus esfuerzos. La COP29, con su enfoque en la financiación, fue el paso necesario para proporcionar los medios para responder a ese llamado.

5.2. El Futuro de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs)

El Balance Global pide a los países que presenten sus próximos planes de acción climática, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDCs), mucho antes del final de 2025. Estos planes deben ser más ambiciosos y abarcar todos los gases de efecto invernadero y sectores de la economía, con el objetivo de alinearse con el límite de 1.5 °C. La secuencia es clara: el GST reveló la brecha, la COP29 buscó el financiamiento para cerrarla, y los NDCs que se presenten en la COP30 en Brasil demostrarán si la comunidad internacional ha respondido al llamado.

5.3. Implicaciones y Desafíos para la COP30 en Brasil

La próxima gran cumbre, la COP30, se celebrará en Brasil, un país con una importancia central en la acción climática global, dada la presencia de la Amazonia y su rol en la producción agrícola y energética. La agenda de la COP30 estará fuertemente influenciada por los resultados de Bakú y la necesidad de que los países del G20, los mayores emisores, lideren la presentación de NDCs más sólidos y ambiciosos. El éxito de la COP30 dependerá de si el acuerdo de financiación de la COP29 se traduce en compromisos concretos que permitan a los países en desarrollo aumentar su ambición. La falta de cumplimiento podría generar un efecto negativo, ya que los países en desarrollo podrían argumentar que no pueden intensificar sus compromisos sin el apoyo financiero prometido.

6. Conclusiones y Perspectivas Estratégicas

6.1. Síntesis de los Logros y los Fracasos de la COP29

La COP29 en Bakú, Azerbaiyán, logró un acuerdo crucial sobre un nuevo objetivo de financiación climática y estableció normas para un mercado global de carbono. Estos logros, si bien moderados en ambición, fueron fundamentales para mantener la confianza en el proceso multilateral y sentar las bases para la acción futura. No se produjo un colapso diplomático.

Sin embargo, el acuerdo de 300 mil millones de dólares se quedó lejos del billón de dólares que los países en desarrollo necesitan para una acción significativa, y la falta de claridad en los mecanismos de entrega de fondos sigue siendo un desafío importante. El evento también puso de manifiesto las divisiones geopolíticas, ejemplificadas por el papel dual del anfitrión, Azerbaiyán, y la controversial retirada de la delegación oficial de Argentina.

6.2. Evaluación del Papel de la COP29 como «Fundamento»

En retrospectiva, el papel de la COP29 es el de un «fundamento». Proporcionó una base necesaria, aunque insuficiente, para que los países construyan sobre ella en los próximos años. El verdadero éxito de la cumbre no se medirá en los acuerdos de Bakú, sino en si los compromisos se traducen en acciones concretas y si los países presentan NDCs más ambiciosos y alineados con la ciencia en la próxima cumbre en Brasil. La COP29 demostró que el marco del Acuerdo de París es lo suficientemente robusto para soportar las tensiones políticas, pero también que la velocidad de la diplomacia no está a la par con la urgencia de la crisis climática.

6.3. Recomendaciones Estratégicas

Con base en los resultados de la COP29, se derivan las siguientes recomendaciones estratégicas para los actores interesados:

  • Para los Gobiernos: Los países desarrollados deben priorizar la entrega de la financiación acordada y trabajar en mecanismos transparentes y eficientes para su distribución. Todos los países deben presentar NDCs ambiciosos antes de la COP30 que reflejen la realidad de la ciencia y las conclusiones del Balance Global.
  • Para el Sector Privado: Las empresas y las instituciones financieras deben aumentar la inversión en proyectos de energía limpia y tecnologías de adaptación, y trabajar en mecanismos transparentes de colaboración público-privada para movilizar los billones de dólares necesarios. El éxito del objetivo de 1.3 billones de dólares depende en gran medida de su participación.
  • Para la Sociedad Civil: Las ONGs y los grupos de la sociedad civil deben continuar la presión sobre los gobiernos para que los compromisos de financiación se conviertan en dinero real. Su participación activa y su capacidad para operar de forma independiente de los gobiernos nacionales, como se vio en el caso de Argentina, es un pilar cada vez más importante de la acción climática global.