El
informe anual de los organismos internacionales advierte de que la
degradación de la naturaleza contrarresta el fuerte crecimiento
económico El análisis concluye que, si no hay una conservación a largo
plazo, se agrandarán las cotas de miseria en amplias áreas.
"Para más de mil millones de personas que viven en la extrema pobreza,
la naturaleza es un salvavidas cada día·. Este argumento es el eje
central del informe 'Recursos mundiales 2006', que se editará, con el
cambio de año, bajo el patrocinio de la ONU, el Banco Mundial y el
Instituto de Recursos Mundiales (WRI, siglas en inglés). Por eso en la
próxima publicación, que en España realiza Ecoespaña -con la
colaboración de la Consejería de Medio Ambiente de Madrid y la
Fundación para la Investigación y el Desarrollo Ambiental- lleva como
subtítulo 'La riqueza del pobre'. El informe mantiene que los recursos
naturales son el "único medio" del que disponen tres cuartas partes de
los hogares humildes para crear riqueza.
Durante este 2005 se han celebrado grandes cumbres mundiales (G-8 en
Escocia, Cumbre del Clima en Montreal, Organización Mundial del
Comercio -recién concluida en Hong Kong-) que han tenido como referente
la lucha contra la pobreza. Todo ello a pesar de que las economías en
desarrollo están experimentando una fuerte expansión, "pero el precio
que esas naciones están pagando con la degradación de sus recursos
naturales es alarmante", indica este estudio, que incluye en su nómina
a docenas de investigadores de todo tipo de especialidades. "Si los
recursos naturales no son gestionados con vistas al largo plazo, si son
explotados y contaminados para obtener beneficios en el corto plazo,
nunca aportarán el 'combustible' para el desarrollo económico en la
escala necesaria para aliviar la pobreza", concluye el presidente del
WRI, Jonathan Lash.
La amplia base estadística de este trabajo insiste en que el 44% de los
empleos del planeta (1.300 millones de personas) "dependen de la pesca,
los bosques y la agricultura para su trabajo". Así, unos 825 millones
de personas de los 1.100 millones que viven en la extrema pobreza en
todo el mundo se encuentran en las zonas rurales, por lo que su medio
ambiente es "lo único" de lo que pueden depender para mejorar. Los
autores de este informe, que desafía los enfoques convencionales del
desarrollo humano, reclaman mayor atención del manejo de los
ecosistemas en la lucha contra la pobreza. El medio ambiente "no se ha
considerado lo suficiente en el pasado", cuando el poder de la
naturaleza es un "medio eficaz" para el cambio.
En este sentido, recuerdan que el precio que están pagando amplias
áreas del planeta por el crecimiento no son iguales para todos. "A
causa de su dependencia de los ingresos ambientales, los pobres son
especialmente vulnerables ante la degradación", insisten. Son también
más víctimas de los desastres naturales y los impactos crecientes del
cambio climático.
Cambiar el paso
Por ello, el nuevo modelo de desarrollo promovido desde Naciones Unidas
ha incluido a la naturaleza como uno de sus tres pilares básicos. Ha
llegado el momento de "dar la vuelta al curso de la pobreza" utilizando
el enorme potencial de la naturaleza, explica el director ejecutivo del
Programa de la ONU para el Medio Ambiente, Klaus Toepfer.
De continuar la degradación del medio ambiente al mismo ritmo que en el
último medio siglo nunca se podrá utilizar para el desarrollo económico
que dará el empuje a los pobres más allá de la subsistencia, se afirma
en el informe. La publicación completa de este trabajo, de gran
formato, incluirá múltiples ejemplos con 'nombres y apellidos' de
pequeñas poblaciones, tribus e incluso países enteros y cómo le
afectará a su supervivencia el más mínimo cambio ambiental.
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