Los resultados de este estudio, realizado por el equipo de la científica Claudia M. Stickler, del Instituto de Investigación Medioambiental de Amazonia (IPAM, por sus siglas en portugués) en Brasil, y el profesor Marcos Heil Costa de la Universidad Federal de Viçosa en Brasil, muestra que conservar los bosques en la Cuenca del Amazonas incrementaría la cantidad de electricidad que se podrá generar allí cuando se materialicen los proyectos hidroeléctricos planeados para la región.
Este estudio es el primero en cuantificar el impacto regional de la cubierta vegetal selvática en la producción de energía. Sus resultados revelan que en las zonas tropicales las selvas son un factor mucho más importante de lo que se venía asumiendo para generar las precipitaciones que abastecen el caudal de los ríos, y por ende su influencia en la capacidad de generación eléctrica mediante centrales hidroeléctricas es también mucho mayor de lo creído.
La nueva investigación indica que si la deforestación continúa aumentando al ritmo actual en la región amazónica, las proyecciones de energía para una de las presas más grandes del mundo, la de Belo Monte en Brasil, se verán menguadas en un tercio de lo previsto. La situación es parecida para el resto de la Cuenca Amazónica.
Las áreas con selvas tienden a presentar copiosas cantidades de lluvia, convirtiéndolas en lugares ideales para la instalación de plantas hidroeléctricas que aprovechen el gran caudal de sus ríos para generar electricidad. Se estima que la capacidad aún no aprovechada de generación eléctrica de estas aguas es casi cuatro veces la capacidad instalada en Europa y América del Norte, y la mayor parte de este potencial está en pleno corazón de las selvas. Tanto Brasil como Perú, Colombia, la República Democrática del Congo, Vietnam y Malasia, están orientándose hacia el uso de esta forma sostenible de generación de electricidad para satisfacer las demandas energéticas de sus economías crecientes.
La energía hidroeléctrica no está exenta de críticas negativas, pero suele ser bastante menos contaminante que las energías sucias tradicionales.
En la investigación también han trabajado Daniel C. Nepstad del Instituto de Investigación Medioambiental de Amazonia, Michael T. Coe del Centro de Investigación de Woods Hole, en Falmouth, Massachusetts, Estados Unidos, Livia C. P. Dias de la Universidad Federal de Viçosa, David G. McGrath de la Universidad Federal del Oeste de Pará en Brasil, así como Hermann O. Rodrigues y Britaldo S. Soares-Filho de la Universidad Federal de Minas Gerais en Brasil.
Los resultados del estudio han sido publicados en la revista académica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences, o Actas de la Academia Nacional de Ciencias, de Estados Unidos).