No logra captar inversiones en energías limpias. Lo revela un informe del Banco Interamericano de Desarrollo. A pesar de sus extraordinarios recursos renovables, se ubica recién en el 11° lugar entre los países de la región. El ranking lo lidera Brasil. Con el crecimiento económico de los últimos años, América latina tuvo una explosión de consumo de energía. Si a eso se añade la existencia de extraordinarios recursos renovables, la región podría estar a la vanguardia en inversiones en el sector de energías limpias.
No es así, como lo revela un ranking donde Brasil es el mejor calificado y Argentina ocupa el lugar 11, detrás de casi todos sus vecinos sudamericanos –a excepción de Venezuela y Bolivia– y superada por naciones centroamericanas como Nicaragua y Panamá.
“En toda América latina las inversiones en ese sector han resultado claramente insuficientes si se considera los extraordinarios recursos naturales”, indicó Gregory Watson, del Fondo Multilateral de Inversiones, que pertenece al Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Junto con Bloomberg New Energy Finance (BNEF) presentarán hoy un detallado informe del estado actual de las energías limpias y el ranking “Climascopio”. El documento analiza la situación en 26 países, donde Brasil obtuvo una nota de 2,64, por su buen rendimiento en los parámetros evaluados; Nicaragua se situó en segundo lugar, con 2,13, y Panamá ocupó el tercero, con 1,97 (por sus “considerables esfuerzos” para gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero).
De acuerdo con María Gabriela da Rocha, jefa para América Latina de BNEF, Argentina –la tercera mayor economía latinoamericana– fue calificada con 1,32 puntos, lo que la ubicó en el puesto 11°. ¿Por qué? Aquí la respuesta del informe: “Se sitúa por detrás de los demás países en lo relativo al volumen de la inversión, lo que obedece a las restricciones de financiamiento, y al costo relativamente elevado de la deuda”. Pese a estas dificultades, al país le fue bien “en el segmento de solidez de los negocios de bajas emisiones de carbono y las cadenas de valor de energía limpia, donde obtuvo una calificación por encima del promedio regional”. También se destacó en los indicadores de políticas de energía limpia.
Entre 2006 y 2011 Argentina sumó 1.750 millones de dólares en inversiones del sector, basado principalmente en el desarrollo de los biocombustibles (64%), energía eólica (20%) y de biomasa (12%). Pero el crecimiento de las inversiones fue, en ese período, apenas de 8,5%, y en 2011 se registró un fuerte retroceso con una reducción del monto invertido a sólo 138 millones de dólares, casi 70% menos que en 2010. El documento no deja lugar a dudas sobre las causas: “Los principales obstáculos fueron el alto riesgo percibido por los inversores extranjeros y la limitada disponibilidad de las líneas de financiamiento local”.
Las perspectivas no parecen alentadoras: “A corto plazo, la dificultad para obtener capital a un costo razonable probablemente mantendrá el volumen de inversiones en un nivel bajo. Y esto a pesar del extraordinario potencial de la bio-energía y el recurso eólico del país”. Agrega que “la financiación se vio gravemente afectada por la desaceleración económica mundial”. Con todo, hay un consuelo: gracias a Brasil, Colombia y Argentina, América del Sur es la segunda productora mundial de bioetanol y biodiesel.
El “Climascopio” –que muestra cuán apetecible resulta un país para recibir inversiones en energía limpia– examina factores interrelacionados que incluyen el marco propicio para las inversiones; proyectos en marcha y fondos asignados; capacidad de la industria y las cadenas de distribución de bienes, servicios y créditos de energía limpia. Una evaluación sobre toda América latina indicó que apenas 5% de las inversiones globales realizadas en 2011 tuvieron como destino esa región. Un total de 1 billón de dólares se invirtieron en el mundo en los últimos 8 años, la mayoría en proyectos impulsados en EE.UU., China y Europa.
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Benito A. de la Morena (Huelva-España) Escrito por Invitado el 2012-08-17 05:28:13 Argentina, así como el Cono Sur sufrió un modelo industrial interesado que solo beneficiaba a determinadas potencias emergentes, algo que saben mejor que yo mis compañeros argentinos que sufrieron dictaduras impuestas para explotar sus recursos naturales, pero eso ya es historia y Argentina mira hacia un futuro en el que su riqueza está a las afueras de Buenos Aires, es decir, en todos esos millones de kilómetros cuadrados que rodean a la capital que concentra una ciudad superpoblada. ¿Serán capaces los argentinos de emigrar de la gran ciudad e instalarse en las zonas inmensamente ricas que posee esa bendita tierra hermana?. Sol, campo, bosques, montañas, costa, ríos, energía solar, minerales preciosos, petróleo, gas... tiene de todo, pero quizás nos hemos acomodado en la "pobreza" y nos hemos conformado con lo que tenemos seguro de obtener con el menor esfuerzo posible. Algo muy humano y que es la consecuencia lógica de la represión mantenida a la que estuvo sometido el pueblo. Llega el momento de mirar hacia el futuro y la energía limpia se ofrece como una tabla salvadora de generación de riqueza pero...¡cuidado!, hoy en día hay otras formas de invasión menos cruentas, a través de los mercados (de eso sabemos ahora mucho en España)que pueden maniatar el desarrollo de un país y hacer esclavos a sus pobladores. Hace falta Gobiernos honrados y valientes que sean tan limpios como las energías que deberán promover, pero la elección es ya cosa del pueblo y el nivel cultural libre de fanatismos es parte fundamental en la acertada o fallida elección de los gobernantes. Algo complejo que todas las naciones sufrimos. Les deseo mucha suerte a todos los argentinos.
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